viernes, diciembre 09, 2005

La idea.


Desde la primera noción de la idea, el autor intenta contar, no una historia sino, las consecuencias de dicha historia. En “Los náufragos” nos encontramos con cuatro personajes, Lola, Luis, Clara y Carlos, los cuales nos van a transportar a ese terrible momento que es la ruptura de una relación sentimental. Tenemos dos parejas. Por un lado están Lola y Luis y por el otro Clara y Carlos. En el desarrollo del relato descubriremos que Lola y Carlos se han conocido y se han enamorado, pero su relación, la que ellos quisieran mantener, es, por ahora, imposible. Cada uno de ellos deberá saldar cuentas antes con su respectiva pareja. Eso es precisamente lo que se muestra en “Los náufragos”, los últimos momentos de dos relaciones y el primero de otra. Es “Los náufragos” –o al menos al autor le gusta considerarlo así- un trabajo con un claro revestimiento experimental tanto en la forma del relato, como en la estética de éste una vez sea llevado a la pantalla.
A pesar de ser escrito originalmente para teatro, el diálogo sobre el que se sustenta es aséptico y esquemático. Eso permite que en la puesta de escena audiovisual se pueda jugar con lo onírico y lo irreal. Es intención del autor transmitir al espectador las diversas emociones que surgen en los personajes tales como rabia, aceptación, miedo, incertidumbre, ternura, tristeza o esperanza. Es por ello que nos encontramos con un trabajo con enormes posibilidades en lo formal ya que lo que se intenta, básicamente, es construir un cortometraje con el mínimo discurso dialéctico y la ausencia total de efectos, giros argumentales o momentos climáticos evidentes. En cualquier caso, recalcar que el diálogo que aparece en “Los náufragos” ha sido escrito estudiando al detalle las palabras y expresiones que se emplean para que con lo mínimo mostremos lo máximo. Además las continuas referencias al mar le dan ese tono alegórico que enriquezca el relato.

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